Historia

El proyecto que hoy conocemos como Antimuseo tiene sus orígenes en una pequeña galería de arte llamada Valgamedios, en alusión a su domicilio: calle de Válgame Dios 3, en Madrid. Funcionó entre 1990 y 1991 y fue el punto de partida de los FIARP y de la primera etapa del Ojo Atómico. Pronto se convirtió en un importante punto de contacto entre los artistas de la generación de los 90, entonces en los inicios de sus carreras. Estos creadores participarían luego en los mencionados proyectos y a lo largo de aquella década abrieron otros espacios alternativos, crearon nuevos festivales y colaboraron entre sí hasta formar un denso tejido que transformó el panorama artístico de Madrid para siempre.

Invitación – programa de la inauguración de la galería Valgamedios. Madrid 1990.

A lo largo de los años el Ojo Atómico – Antimuseo ha evolucionado, adaptando sus contenidos a nuevas problemáticas y objetivos. También, en cada etapa, han colaborado distintos artistas, tanto en la dirección del proyecto, junto a su creador, Tomás Ruiz-Rivas, como en el desarrollo de proyectos específicos.

Empezamos utilizar el nombre de Antimuseo en 2005, debido a un cambio de orientación en las actividades: entre 1990 y principios de los 2000, el objetivo principal era facilitar espacio y recursos para la experimentación en prácticas artísticas entonces rechazadas en las instituciones, como la instalación, la performance, el videoarte, u otras formas de expresión imposibles de categorizar en el aparato crítico al uso. A partir de 2005, y a medida que las instituciones y el mercado fueron capaces de asimilar estas prácticas, nuestro interés se centró en los públicos alternativos, la colaboración con colectivos sociales y, paulatinamente, en la crítica institucional, un elemento que, aunque estuvo presente ya desde el principio, pasó a vertebrar toda la actividad. También en este periodo el Antimuseo dejó de tener un colectivo flexible a la cabeza, para estar co-dirigido por su fundador y María María Acha-Kutscher.

Nieves Correa, Cuchillas. III FIARP, el Ojo Atómico 1993.

La praxis artística se vio complementada con una producción creciente de discurso, a través de sucesivas ediciones del blog del Antimuseo, y la participación en las políticas culturales de la ciudad. El Antimuseo fue clave en el desarrollo del primer sistema de apoyo a la creación en Madrid, conocido luego como Ayudas de Matadero.

A partir de 2007 el Antimuseo prescindió de una sede propia para desarrollar su trabajo en el espacio público. También se abrió una línea de trabajo en colaboración con otros artistas y se inició el proyecto de investigación Tras los Signos en Rotación, cancelado en 2011 a raíz del colapso económico.

En los años siguientes publicamos la revista online VALF; desarrollamos el proyecto de investigación histórica La cara oculta de la Luna, arte alternativo en el Madrid de los 90, que incluyó una exposición y la edición de un libro; editamos la revista ensamblada CIIA; participamos de nuevo en las políticas culturales de Madrid, consiguiendo importantes mejoras en el apoyo a los creadores; e iniciamos una línea editorial.

Encuentro de organizaciones de artistas. Por primera vez, y quizás última, reunimos a los responsables políticos del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid con el tejido creativo. Dos años después se aprobarían las Ayudas a la Creación. Madialab Prado, 2015.

El Antimuseo mantiene en la actualidad tres líneas principales de trabajo: [M]UMoCA – el museo más pobre del mundo, Desarchivo y Ediciones. El blog presenta las novedades de todas ellas, además de artículos sobre políticas culturales y crítica o reseñas.